Aceptarse tal y como se es no es fácil y eso es lo que le ocurre a Berta. En este espectáculo seguro que podemos encontrar algún recuerdo de nuestra propia vida: ¿Quién no ha soñado ser diferente? ¿Quién, en algún momento, no querría escapar de su realidad gracias a un golpe de viento?. De todo esto habla “MENUDA”. De todo esto y de que cuando tienes a alguien cerca que te quiere, todo parece más fácil y te ayuda a vivir mejor.
Está harta que le llamen “Menuda” (Pequeñita), de escuchar que es tan pequeña como un garbanzo, de no poder llegar ni a la estantería donde están los caramelos, ni a la mesa, ni de no poder ver las tiendas del mercado cuando acompaña a su abuelo a comprar.
El abuelo Emili siempre le dice que cada uno es como es, pero que aún asú, todo el mundo puede cumplir sus sueños si se esfuerza para conseguirlos. Y como soñar no cuesta nada, cualquiera puede imaginar ser lo que quiera, aunque hay que recordar que una cosa es la fantasía y otra es la realidad.
Berta sólo tiene un sueño: un día despertar y ser mayor. Pero sabe que esto es imposible. Un día una racha de viento le hará empezar un camino que la llevará a hacer un largo viaje. A la vuelta, después de conocer personajes muy curiosos y vivir aventuras fantásticas, Berta habrá crecido y se habrá ganado un poco de altitud.